Como buen Chipionero presumo de mi pueblo, por eso cuando vienen amigos de fuera siempre les llevo por el mismo recorrido, los primero es el muelle por mucho puerto deportivo, no me acostumbro a nominarlo así, seguimos por el paseo marítimo, camino de la Plaza de Juan Carlos I, la Plaza de la Iglesia, visita obligada a la Parroquia de Nuestra Señora de la O, continuamos al gran balcón del final de la calle Isaac Peral no “Sierpes”, y un “bajío” de la Cruz del Mar, dependiendo si ese día no le huele el aliento, luego veremos un castillo casi nuevo, y el Paseo de las Canteras con el vigilante, nuestro faro orgullo y emblema de la ciudad, avanzamos hasta la playa de Regla y al final el Santuario que lleva el nombre de nuestra patrona y aquí lo damos por terminado.
Y como no, la sugerencia de siempre muéstranos el casco antiguo y la misma respuesta, aquí no hay, les puedo llevar al centro pero del casco histórico o artístico, nada vais a ver, si algún día lo hubo este dejó de existir hace ya algunos años.No matamos a la gallina de los huevos de oro, pero si la prostituimos, escogiendo entre la cantidad y la calidad. Un hándicap que aún estamos pagando, al carecer de las infraestructuras suficientes para dar acogida a la gran avalancha de personas que nos visitan en época estival, la población se multiplica por diez y surge los grandes problemas, falta de aparcamientos, trastornos de circulación, dificultad para la recogida de la basura, saturación en el alcantarillado e incluso apagones de luz
Bienvenidos a casa.
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