Esta instantánea la realicé en mi último viaje a Sevilla, concretamente en el Puente de Triana (Patrimonio Artístico Andaluz), donde una nueva moda está haciendo estragos en el mismo, para “mosqueos” de los sevillanos que no quieren que se deteriore tal monumento, y no es otra que llenar de candados las dos barandas, donde los “enamorados” se hacen juramentos eternos en prueba de sus amores, cerrándolos y luego tirando las llaves al río. (Hacía menos de un mes, que habían quitado más de mil).
3 comentarios:
Culpan a los Erasmus... por lo visto lo han copiado de un puente de Roma...
Mamé, muy curiosa la historia de los candados. Aunque la lógica impondría que los candados se los pusieran ellos y ellas donde todos nos figuramos y tiraran luego la llave al río o en su defecto se tiraran ellos mismos. El problema también podía solucionarse poniéndose ellas un lacre... y ellos un poco de silicona...
El dia que se rompa esa promesa de amor ¿que? a cortar el candao con una segueta¿no?
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