jueves, 11 de abril de 2013

EL LETRADO DEL ÁNGEL CAÍDO...



Pocas veces suelo imaginarme en la vida laboral de otras personas, tampoco puedo meterme en el pensamiento de un semejante, pero este mundo actual tan salvaje y violento en que vivimos me juega malas pasadas que me hacen ponerme de malhumor por ello.

Pienso que ser abogado es una profesión muy honesta y decorosa, pero mi paranoia y demencia me hace pensar… ¿Cómo se puede defender a un “presunto” ladrón, maltratador o asesino? Y lo de “presunto” lo digo con todo el sarcasmo posible. ¿Cómo se puede pedir la inocencia, sin pensar el daño que este ha realizado? ¿Cómo se puede convencer a los familiares o las propias víctimas con justificaciones a favor de su cliente?

La verdad no dormiría tranquilo después de defender en muchos caso lo indefendible, sabemos que todos tenemos el derecho de que se nos ampare y que somos inocentes hasta que se demuestra contrario… pero hay casos tan evidentes y duros al mismo tiempo, que parecen imposible que sigan siendo impunes y en esos casos los letrados se convierten en abogados del diablo…

También me he preguntado, si dos acusados por un delito exactamente igual tanto en formas y procedimientos, ¿Cómo uno puede ser que a uno la sentencia lo declare inocente y a otro culpable? Eso me demuestra que la justicia muchas veces puede ser de todo menos justa…

6 comentarios:

Mos dijo...

A mí, como a ti, también me cuesta mucho entenderlo. Tal vez algún letrado pudiera explicárnoslo de una forma sencilla. Sé, desde luego, que todos tenemos derecho a una defensa digna (si te buscas un buen abogado, de esos que cuestan muchos euros, tienes muchíiiiiiiiiiiiisimas posibilidades de salir absuelto o de negociar tu condena),pero hay casos en que parece tan obvio que...
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.

Genín dijo...

Muchos nos hemos hecho alguna vez las mismas preguntas que te haces tu, debe de ser por eso que no somos abogados, al menos yo... :)
Salud

**kadannek** dijo...

Este tema es importante tocarlo, me alegra -aunque suene irónico- su descontento hacia este asunto. Lo cierto es, que muchos parten siendo abogados para defender a los justos y otros por seguir una carrera con buena paga. Pero la cosa está en la ética de la persona ¿quieres defender a un infeliz sólo para ganar dinero? muchos dicen que sí,qué les importa, lo contrataron para defender al que le toque defender, total es su "cliente". Pero uno debería discernir mejor, si se encuentra con un desgraciado, no debería defenderle. ¿Cuánto sufrió la víctima, cuánto perdió, cuánto perderá si el acusado es erróneamente declarado inocente? por eso luego uno tiene deseos de ajusticiar con sus propias manos. Las leyes no siempre están a favor del necesitado, valga la redundancia hay mucha injusticia.

Un placer caer en su sitio.

emejota dijo...

Estoy de acuerdo con Genín, de todos modos, bienvenido al club de los escépticos, tranqui, te irás acostumbrando sobre todo cuando compruebas que no te encuentras solo en esto, .... y que encima muchos de nosotros conseguimos mantener el humor, diferente humor, por supuesto, más agrio, sarcástico y exigente, pero bueno, es lo que suele ocurrir por jugar a discernir. En el pasado ocurrió, está ocurriendo y nunca dejará de ocurrir, mientras exista eso que se llaman muchedumbres manipulables. Bss.

mariajesusparadela dijo...

Porque no a toos nos mueven los mismos intereses y hay personas a las que le interesa más el dinero y el poder que la conciencia.

Naranjito dijo...

Ya sabemos que si tienes un abogado superconocido tienes todas las papeletas para ganar. Pero si es uno que empieza, la cosa la tienes cruda. Y no precisamente por conocimientos y experiencia.
Por cierto, yo tampoco podría domir despues de defender lo indefendible.
Un abrazo.