Ya no creo en ninguna religión por muy augusta que esta
sea, no confío en los partidos políticos aunque estos sean impolutos, ni en
monarquías impecables, ni en sindicatos pulcros, ni en ejércitos pacifistas de ideas intachables con líderes inmaculados, ni en puros guías, ni en virginales dirigentes, ni en castos cabecillas y perfectos defensores…
Todo está contaminado a nuestro alrededor, se encuentra manchado e
impuro, viciado, corrompido…
Todos me embaucaron y ahora sospecho hasta de mí...
7 comentarios:
No me extraña :(
Salud
Qué triste! Es cierto que muchos nos traicionan, incluso nosotros mismos, a menudo. Pero hay personas también confiables y uno puede mejorar. Lamento que te sientas tan pesimista y deseo que recuperes tu ánimo con el que te conocí. No todo es malo! Recuerdo muy bien que cuando encontré tu blog y leí muchas entradas, te comenté: Me encanta que en tu blog, se respira salud y alegría!!
Abrazo!
Hola amigo.
No pienses que todo el monte es orégano, que también hay gente estupenda.
Un beso de domingo.
De lo primero que hay que desconfiar es de uno mismo.
No se puede contar tanto en tan poco !!!
Pasa como en la caricatura que has puesto en este post: Por mucho que se va limpiando de toda la mierda, va saliendo nueva, nueva, nueva mierda. Y todo está metido en el fango.
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Puestos a sospechar, sospecho incluso de mi sombra. La cosa es de pena, penita pena. Un abrazo.
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