Una de las habilidades del ser humano es la de
complicarse la existencia, hace ya algún tiempo que llegué a la conclusión de
que hay individuos, que se pasan la mayoría del tiempo intentando blanquear su
imagen y no mostrarse como realmente son, y nos muestran una de cal y otra de
arena, la confusión está servida en bandeja de plata, sucia pero de plata.
Una moneda con su cara y su cruz, pero
intermitentemente, del tolerante y compresivo extremo al intransigente fanático.
La máscara en algunas ocasiones les aprieta y otras se
les afloja y les falla, y como último recurso apuestan todo, casi siempre a un
caballo cojo, y cuando pierden como es lógico, las culpas según él, la tienen
todo aquel que le rodea.
La vida sigue girando, solo cambian de hipódromo donde
tanto los equinos como los jinetes cada vez son menos acertados y profesionales.
Espero no tener un día que usar la técnica del blanqueo,
donde el carbón es blanco y la nieve negra…
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