Un lápiz sin punta y unos renglones torcidos, no son los
mejores medios para escribir… así y todo, intenta contar historias de jeroglíficos
a interpretar, desentraña las ideas que pasan por tu mente, por muy simples e
ingenuas que tú las creas.
Unes letras, acoplas palabras, anudas frases, consolida
un texto, lanza al aire tus pensamientos.
No temas a la hoja en blanco, ¿Y si es un rival a
derribar? Conviértela en un aliado a levantar, reduce a escombros vocablos
vacíos y términos insulsos, que muchas veces son simples adornos y aderezos que
no dicen nada.
Escribe en alto y seguro, piensa en bajo y dudoso, cuenta lo que ves, relata lo que sientes, expones lo que te rodee, declaras, expresa y explica…
Escribe…
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