Hoy de manera improvisada visita a Cádiz, y de forma
poco ortodoxa para mi, que siempre lo llevo todo organizado y planificado, en
esta ocasión todo ha sido improvisación, pero nos ha salido bien…
Simplemente nos hemos dejado perder por La Tacita de
Plata, sus calles estrechas han hecho todo lo demás.
Casualidades del destino, pasamos por la calle San Miguel,
sin la más mínima intención de entrar en el Yacimiento Fenicio de “Gadir”, pero
coincidiendo con un pase para la visita... nada… pues para adentro, si hubiéramos
tenido esa intención, seguro que no
hubiese sucedido tan perfecto…
El recorrido tranquilo y sereno, raro en mí, porque
suelo enseñar la ciudad de forma totalmente contraria: Movido e inquieto…
Espero que a Tere y Ángel les haya agradado en mi función
de guía y de Cicerone…. Volveremos, pero a mi manera.
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