domingo, 18 de abril de 2010

PEGAMENTO IMEDIO





Hoy sin querer me han venido a la memoria recuerdos de mi infancia, estaba pegando un objeto que desgraciadamente se había roto después de un pequeño accidente en una mudanza, la pieza en concreto es lo de menos en esta historia, pero para repararla utilice pegamento y por supuesto era Imedio y aquí empezaron a visitarme imágenes a mi mente de tiempos pasados, y el singular reencuentro con ese peculiar y característico aroma que el encierra y aún sigue conservando intacta tal sustancia.
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Siempre recuerdo un bote del mismo en mi casa, mi hermano y yo lo utilizábamos para pegar las “estampitas” en los álbums, los “modernos” del colegio decían cromos, coleccionábamos todos los que salían años tras años, de la ligas de fútbol, de cantantes, de series de televisión, de animales, de minerales, de las razas del mundo, la lista sería interminable; y como era de esperar nunca conseguimos rellenar ninguno completo, siempre nos faltaba alguna de aquellas estampas, ¿Dónde se escondería la de José Ángel Iribar Kortajarena aquel portero del Atlético de Bilbao, que todos los niños buscábamos con tanto ahínco y nunca encontrábamos? Utilizando nuestro tiempo del recreo, comiéndonos el bocadillo los más rápidos que podíamos para luego trapichear e intercambiar las que teníamos repetidas con los compañeros, y a la voz de la tengo, la tengo, la tengo, no la tengo…
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También lo utilizábamos para realizar los trabajos manuales que nos mandaban en la escuela, cosa que yo odiaba sobre todo cuando teníamos que realizar todas las piezas geométricas imaginables en relieve en cartulina, cubos, conos, pentágonos, hexágonos y yo que se cuantas figuras más, que una vez presentadas y evaluadas iban todas estrujadas de un manotazo certero directamente al cubo de la basura más próximo, desahogándonos de tantas horas de tijeras y recortes...
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Varias generaciones vivimos con unos artículos tan simples pero eficaces y a la vez, sin apenas darnos cuenta, son de esas pequeñas cosas con las que hemos compartido momentos muy personales, como los cuadernos Rubios, los lápices de colores Alpinos, los rotuladores Carioca, los zapatos Gorilas, el Calcio 20, la Quina San Clemente, las patatas fritas Matariles, el Okal y el Optalidón, la Mirinda, los Juegos Reunidos Geyper, la colonia Varon Dandy, el fijador Patrico, de los Tigretones y Foskitos... y por supuesto el pegamento Imedio.

8 comentarios:

María dijo...

Jooo... Si nos ponemos a recordar, yo me siento mayor.
La leche en polvo del cole, la tinta china, los plumiers de madera...

Bonitos recuerdos de un tiempo que queda guardado en nuestra mente y alma.

Un beso.

Anónimo dijo...

Soy más mayor que tú, pero tambien son recuerdos mios.
Mamè...
Visita esta web, es un enlace que tengo en mi blog que te gustará...
Se llama "el desván de Rafael Castillejo", es un museo de recuerdos, aunque eres más joven que yo...encontrarás verdaderas joyas.

http://rafaelcastillejo.com/

Deseo que te guste...

belijerez dijo...

Pues yo usaba harina y agua para pegar las cosas de papel. Tuve pocas estampitas porque en mi familia siempre hubo poco dinero, o quizás el que había se destinaba a otras cosas.
Usé alguna vez el Imedio. Siempre hay algo que una vez roto pueda recomponerse. Hay fracturas sociales irremediables, aunque en Chipiona hoy estne queriendo pegar trozos rotos, no lo conseguiran a menos que la gente siga narcotizada.

mariajesusparadela dijo...

Me encanta rememorar contigo.
Pero, hoy, si quieres pegar algo para siempre, usa Loctite.

caritabaston dijo...

Yo tambien como Beli, usaba harina para pegar las estampitas en el albun, que a la vez que las pegabas y se secaban, engordaba el albun, pues se hinchaba con el agua.. Un saludo TONY

Maripaz dijo...

Jajajajaja...Mamé hijo, que recuerdos!!

Yo hacia colección del albun de las peliculas de Marisol y Sisi. Tambien cambiaba tebeos a los niños que vivian en mi escalera, así yo, leia los de ellos, y ellos, los mios.

Muy bueno el post anterior de la Giralda...sois geniales los andaluces.

Amigo indiscreto dijo...

A vosotros la Mirinda os parecerá algo de un pasado lejano, como a mí. Hasta que llegué aquí: en esta república sigue vigente, de completa actualidad. Incluso para llamar a un refresco de naranja lo llaman Mirinda. Y también venden Tang en los supermercados, que ese producto se te ha pasado.

Vicky dijo...

¿Por qué será que cuando llegamos a una edad a todos nos da por recordar nuestra infancia? Peter Pan haciendo de las suyas...