viernes, 25 de marzo de 2011

CÁDIZ, SALADA CLARIDAD...




En la madrugada suena de fondo el piano de Suzanne Ciani como siempre muy bajito para no molestar a aquellos que tienen que madrugar, la televisión hace ya horas que me aburrió, y sin tener que levantarme gracias al mando a distancia y al botón de “Power” la función se acabó hasta mañana donde payasos, domadores de fieras, magos y trapecistas sin red vuelvan a repetir las mismas actuaciones día tras día...
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Hago un repaso general a la finalizada jornada nada que resaltar ni para bueno ni para malo, en La Tacita de Plata brilló el sol durante todo el día alejando el mal tiempo, la luz en Cádiz tiene magia y sobre todo alegría, se notaba en el ambiente de sus calles y plazas, como he dicho en otras ocasiones la historia de la famosa y martirizante crisis al gaditano ya no les coge de sorpresa ya que esta ciudad está en “crisis” desde el tiempo de los fenicios, (no es ninguna novedad).

Sus calles estrechas hacen que parezca siempre que haya más gente de las que realmente hay, el centro a cualquier hora es un hervidero con gran trasiegos de transeúntes donde se mezclan los locales con los foráneos y más si hay algún crucero visitando la ciudad, llenándose esta de “guiris” paseando o sentados en las terrazas de bares y restaurantes intentando atrapar todos los rayos de sol posible en sus blancas pieles, un souvenir barato e intransferible que se llevarán a sus hogares.

Gorras de viseras, gafas de sol, pantalón corto (lo mismo da que sea pleno frío invierno como en el caluroso verano), cámara de foto en una mano y en la otra un plano y como no... sandalias con calcetines, esta es la indumentaria habitual de este tipo de visitantes, distinguiéndose a leguas y haciéndonos irónicamente la pregunta ¿Este no es de “Cai”?

Los turistas se mezclan con señoras mayores con sus batas y zapatillas de andar por casa que se acercan a comprar al mercado, (La Pasarela Cibeles y el John Galliano en estado puro), varios jubilados miran como trabajan los operarios de la única obra a varios kilómetros a la redonda, dando opiniones de lo más variopintas para buscar soluciones a los problemas, lo vendedores de la O.N.C.E. se atrincheran en sus esquinas y nos disparan cupones con pocas posibilidades de premios, abuelos ejerciendo de padres llenan de carritos los bancos de las plazas, mientras sus nietos dan de comer a las palomas… 

Así pasan las horas en Cádiz donde casi siempre duran más de 60 minutos… y como despedida gaditana “Adiós Chocho o Picha” dependiendo del genero… (P.D. Que lujo vivir en CÁDIZ).

13 comentarios:

Anusky66 dijo...

eso si el lujo del bueno y no el que se compra con dinero!!!!

Unbesazo

mariajesusparadela dijo...

Vivir la ciudad nos hace ser felices. "Adios , picha"

Anónimo dijo...

Tal como lo detalla y lo vives si que es un lujazo...

Genín dijo...

Pisha... reconozco que es una maravilla, pero no te lo cambio por la vida en mi ranchito y mi campito...jajaja
Un abrazo, y salud, Pisha!

josefina dijo...

Me gustaría ver Cadiz y toda Andalucia.
Un abrazo

Ana dijo...

Desde luego que deber ser un lujo beber un poco cada día de esa tacita de plata con el mar de fondo, suerte que tienes. Disfrutalo.

besitos.

María dijo...

Hola Mamé.

Tienes suerte de disfrutar de Cádiz y su gente. Felicidades y un besico.

Mos dijo...

Buena crónica de Cádiz, Mamé. Has retratado perfectamente un día en la Tacita de Plata. Lo hemos sentido como tú lo cuentas. Y hasta nos han dado ganas de estar ahí.
Un abrazo de Mos desde mi orilla.

emejota dijo...

Un lujo de ciudad y de personal que la vive. Será porque se lo merecen. Un fuerte abrazo.

Princesa115 dijo...

Mamé, yo soy hija adoptiva de Cádiz, nací en Ceuta y viví mucho tiempo en Algeciras, pero me siento gaditana por los cuatro costados, me gusta vivir en Cádiz porque esta ciudad tiene magia.

Un abrazo

Alfonso Saborido dijo...

Ayer estuve en Cádiz precisamente, me clavaron con un café en la calle ancha, pero bueno jaja.
Me encanta Cádiz, y la verdad que lo comentaba con mi acompañante.
¿Cómo se puede vivir sin el mar? Yo no podría. Ver la inmensidad del mar allí por el Campo del Sur te da tranquilidad. Te da susto también cuando el mar está bravo.
Pero es el aire, es el color del cielo, es la luz.
Vamos, que vivimos en el paraíso de verdad. No exagero. Tener el mar al lado es un lujo.

Maripaz dijo...

Mamé todo un lujo envidable Cadiz...además has descrito tan bién el ambiente, que me iria ahora mismito, jejeje.
Abrazos

José María Arroyo Bermúdez dijo...

...y si combinas Cádiz con la música de Suzanne...entonces es un bastinazo pisha. Saludos Mamé.