Hasta la coronilla, por no poner otra cosa, de tantos líderes
visionarios y a la vez miopes, que de guías que nos cuentan sus verdades a medias o
sus medias mentiras, dirigentes que cambian de rumbos en cualquier momento, y nos llevan al precipicio según
soplen los vientos, cabecillas iluminados enarbolando
banderas y aplaudiendo himnos…
Nos acercamos otra vez al Medievo, reyes, príncipes,
condes y duques… pero esta vez sin coronas, ni condados, pero con una plebe que
los apoyan y sostienen.
Los políticos se han convertido en la “realeza” moderna, y además con súbditos y vasallos, que los defienden a capa espadas, en batallas ya perdidas antes de su comienzo.
Poseen un ejército muy fácil de manejar, con promesas
que nunca cumplen pero que el pueblo no deja de vitorear, buitres extremistas con
alas negras, ya revoletean sobre nuestras cabezas, solo será cuestión de que el jefe de la señal, en sus plumas llevan las insignias y los emblemas de la muerte y la
miseria.
En estos momentos se apoyan más los símbolos y los
signos del escudo de armas que defienden, que a los conceptos y pensamientos,
mueven con ansias los pendones y estandartes, y luego se marchan para sus casas,
creyendo que la tarea y deberes ya hechos están.
Pobre democracia… Lo que hay es una pandemia de ignorantes e incompetentes en ambos lados, “En el reino de los ciegos, el rey es el tuerto”.
1 comentario:
Abrazo.
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