Hay revueltas en las calles y yo sentado en mi sillón, los señores de la guerra ya hacen sus apuestas, y como siempre a caballo ganador, los muros hoy son más altos y no nos dejan ver el sol, los estandartes y banderolas van perdiendo su color, balas sin disparar pero que apuntan a matar, quizás pronto necesitemos manos pintadas de blanco pidiendo la paz…
Puede que para mañana sea tarde.
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