Si el infierno está ardiendo no lo vamos a apagar, si el averno está incendiado no lo vamos a sofocar, si las tinieblas se están abrazando no la vamos a extinguir, condenación y el fuego eterno como premios, las Calderas de Pedro Botero ya tienen su aforo completo...
Derrocamiento sangriento y treinta monedas de plata rodando por el
suelo, acoso y derribo en conjuras de necios, conspiraciones y complot, apoyados
por medias mentiras y verdades a medias, intrigas y maniobras a la luz de la
luna, proyectos y artimañas en oídos sordos, ojos abiertos y bocas cerradas, un
plan magnífico siempre dispuesto a fracasar, reclaman y ruegan con falsas promesas, muchos
derechos y pocas obligaciones, kamikazes capaces de morir matando, muchos defectos y pocas virtudes, miles de consejos de sabios profanos, de la comedia al drama y viceversa en el escenario y en un solo acto, al final todos hacemos daño abrazando el pecado...
Tendríamos que dejar arder el infierno hasta los
cimientos… y no quedaran ni las cenizas.
1 comentario:
Esperemos que haya un giro favorable, después de la decadencia que hay.
Un abrazo!
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