Puede que en alguna ocasión algunos de mis “lectores” se hayan preguntado donde me inspiro para escribir esos textos que de vez en cuando me salen, esas descripciones tan filosóficas y abstractas, complicadas de entender incluso para mí.
Quedaría muy intelectual qué la iluminación y las musas, me vienen de la poesía que me transmiten Leonard Cohen y Bob Dylan, qué erudita e instruida me podría haber quedado la historia, pero mentiría, aunque siempre me han fascinado estos dos grandes artistas, mi inglés no es malo es que no existe, hasta bien entrado el siglo XXI y gracias a You Tube donde se pueden ver los videos de las canciones subtituladas al castellano, algunos de sus temas no sabía ni de que trataban…
Resumiendo cuando en
algunos de mis textos me voy “Por los cerros de Úbeda”, la culpa la tienen los
señores: Joaquín Sabina, Manolo García y Enrique Bunbury… No le deis más vueltas.
La poesía de San Juan de
la Cruz, Calderón de la Barca, Góngora o Quevedo, la leí en el colegio con una
edad poco recomendable, porque más que gustarme aquello parecía un castigo
cruel…
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