Cualquier persona ecuánime e imparcial puede participar en lo que puede
ser la intención y propósito de un paranoico delirante personaje, sin que esa
sea realmente su verdadera intención, simplemente ese guía te embauca y te engaña,
que incluso sabes perfectamente que te está enredando y liando, pero le sigues
creyendo.
Un hipnotizador profesional, que te impresiona con sus mensajes,
alucinas cuando habla por la seguridad de sus palabras, esas frases tan
perfectas, tan místicas y contemplativas, esos pensamientos lanzados al viento
con una convicción y convencimiento, el club de fans cada día es más numeroso y
más fiel, la sugestión que desprende es tan fuerte que ya no hablas con tu voz,
a partir de ahora repites como un loro lo que él te manda, la fe ciega te hace
sentirte a gusto contigo mismo pensando que estás actuando y realizando el bien y lo correcto,
la disciplina te hace cautivo, unas cadenas invisibles pero irrompibles te
tienen sujeto y sometido.
Increíblemente esto pasa diariamente y más veces de lo que imaginas, ya puedes apagar la tele… te lo ordeno.
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