Es increíble cómo pasa el tiempo y ese tiempo nos hace cambiar a nosotros, y más si solo tienes 11 años, como le pasa a nuestro amigo
Miguelito, que ya hasta el nombre se le queda pequeño.
Lo conozco desde que nació, pero fue cuando con 4 años se hizo inseparable, ya que todas las tardes lo tenía en “El Chusco”, no había
jornada que no apareciera con su hermana Lucía y desde la calle, siempre la misma
frase, “Se puede quedar Miguelito contigo…”, la cara de él era como para
decirle que no…
Allí se quedaba hasta que su madre venía a recogerlo,
conocía a todo el mundo y con todos hablaba, se convirtió en un personaje imprescindible de tan singular local, sobre todo con su “Peor” enemigo,
su amigo Joaquín era raro que no hubiera una batalla campal diaria que no terminara siempre con un besito de paz y despedida cuando él se iba.
Pues el niño que conocimos va desapareciendo poco a
poco, se le van cayendo capas y dentro hay un joven, su apariencia va cambiando
por fuera, pero no por dentro, que más os puedo contar de él, que ya no sepáis:
Cariñoso, listo, responsable, maduro, trabajador… y terco, eso sí muy terco…
Ya le decimos que nos saque a pasear cuando
seamos mayores y que nos lleve a todos a la Cruz del Mar para ver la playa, espero
que cumpla lo prometido…
4 comentarios:
Me apunto al paseo por la Cruz del Mar 😊. Acordaros de mí.
Es un lindo jovencito,cariños.
Miguelito, es uno de los "nuestros"
Desde bien pequeño le conocemos a través de ti.
¡Está enorme! Y muy guapo.
Ahí me doy cuenta del paso del tiempo.
Abrazos querido Mamé.
Ya es un joven!!! Y todos tus seguidores hemos sido testigos de su crecimiento. Ya es Miguel.
Felicidades todas.
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