Estamos rodeados de iluminados y visionarios de la certificación
obsesionada, personalmente no me molestan, el problema surgirá cuando se
conviertan en kamikazes para defender sus simbologías e ideas, de forma
irracional y déspota, lo insociable solo está a un paso de la fe ciega.
Hooligan extremistas que pueden pensar que lo que pasa
en un campo de fútbol se puede llevar a la vida real, fanáticos fervientes recién salidos del
colegio, sectarios recalcitrantes ciegos de poder, exaltados ardientes con
permisos de papá, violentos agitadores cobardes en solitarios, revolucionarios
de diseños en manadas…
Vienen tiempos nuevos pero salvajes…
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