El Facebook es la mejor “maquina” de perder amigos y crear enemigos, porque en algunos momentos nos atrevemos a decir todo lo que pensamos y en mucha ocasiones sin “pensar”, valga en este caso la redundancia, reflexiones que probablemente no nos atreveríamos a decir a la cara, y que simplemente nos callaríamos para que no herir sentimientos, sensibilidades y evitar que llegara “la sangre al río”.
Pero detrás del ordenador como si de una trinchera se tratase, todos nos creemos eruditos del periodismo, y
convertimos nuestro muro en un programa de “Sálvame”, espacio que odio y
aborrezco, pero que al final casi todos acabamos formando "parte" en la red, que lo aguanta todo..., y nos
convertimos en contertulios aventajados y estudiosos en una diminuta pantalla.
Este texto está dedicado a todos esos enemigos míos que
aún están por llegar, aquí y ahora estoy escribiendo en primera persona.
P.D. La foto es de noviembre de 2008, todavía no tenía
ordenador y mucho menos internet, y lo escribía todo a bolígrafo…
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