Como si del famoso anuncio de la televisión se tratara, “Hay cosas que no tienen precio…” eso me ocurrió ayer por la tarde con mi amigo Yago (siete años) recogimos todo el pan sobrante de la casa y nos dispusimos acercarnos a la playa donde habitan en su orilla una gran bandada de gaviotas. que cuando se acerca el mal tiempo les cuestan conseguir alimentos de una forma abundante y satisfactoria. Simplemente troceamos los bollos de pan en pequeñas porciones y una vez hecha tan delicada y efectiva tarea, y durante más de media hora tuvimos alrededor de nosotros decenas de dichas aves para disfrute de Yago que saltaba de alegría cada vez que una ellas cogía los codiciados trofeos en pleno vuelo. Simple y barata distracción para un sábado por la tarde….
domingo, 26 de septiembre de 2010
GAVIOTAS...
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16 comentarios:
Me ha parecido un paseo estupendo, y más en compañía de esa ricura de Yago. imagino su emoción y sus saltos...
Las fotos son muy buenas.
Abrazos.
Quizá las gaviotas andaluzas sean unas santas. Por aquí, estamos de ellas hasta los pelos: tanto les da llevarse un bocadillos de los niños del parque como una ristra de chorizos colgados en una terracita:no le hacen ascos a nada y hay que estar atentos, porque roban a traición. Estamos a cien kilómetros de la costa; unos dicen que vienen río arriba, siuiendo el cauce del Miño y otros que un avispado trajo una pareja para que se comiera los restos de animales sacrificados y huevos en mal estado. El tema es que ahora hay miles y destrozan incluso los tejados...
Vistas desde tu ángulo, una hermosura; en esta realidad, una pesadilla.
Yo sigo haciendo eso con las palomas y los gatos. Alguna vez me han regañado, pero lo hago a escondidas... travesuras.
Besos señor Mame. Usted los reparte.
Yo veo gaviotas todos los días, y se me ha caído la imagen que tenía desde que leí Juan Salvador Gaviota.
Es un bicho malo, con mala idea, carroñeros, te atacan, vamos... y ¿el pico que tienen, los has visto?
No sé cómo a algunos les da por utilizarlas como logos, porque vaya, vaya tela de pajarito.
En Barcelona, las gaviotas tambien se adentran hasta la montaña...supongo que buscando comida...
Una tarde bonita para los dos...
Me da lo mismo el caracter nefasto de las gaviotas en ciertos casos. lo verdaderamente importante es el maravilloso recuerdo del disfrute que ambos siempre guardareis de tan sencillo acontecimiento. Un abrazo.
Mamè
y seguro que para Yago sera un experiencia inolvidable.
Hay cosas chiquitas que no tienen precio.
petonets,sempre
Me imagino la felicidad de yago , compartir esos momentos es un autentico privilegio.Me alegro por los dos.
Un beso
Una tarde estupenda, seguro que él se lo pasó de maravilla y disfrutó mucho que era de lo que se trataba.
Cuando mis hijos eran pequeñitos los llevaba al muelle y allí echaban pan a los pececillos y se lo pasaban en grande. Ahora es diferente, jajaja
Saludos y sonrisas
Por aquí es fácil ver bandadas de ellas en los vertederos de basura.
Pero lo que quieres transmitir,, la felicidad de Yago, la capto sin esfuerzo...
Tus palabras trasmiten la alegrìa que te a provocado el compartir esos momentos con tu amigo Yago,e imagino la sonrisa de alegrìa de ambos que se reflejaba en su rostro en ese momento.
Tu casa es, agradable, y tus letras lo son màs aùn, si me lo permites regresarè de vez en cuando.
Besos.
Hay muchas maneras de pasar una buena tarde... ¿no es cierto? me parece bonito. Adoro los animales y porqué no a las gaviotas.
En Madrid no hay mar, pero estas aves se posan en las barandillas del río Manzanares, jaja. Nadie les da pan, eso sí.
Gracias por visitar mi blog.
Ha llamado mi atención el nombre del tuyo. Creo que Tomara significa Ojalá en Brasil (bueno, en portugués).
No tengo mucho tiempo para visitaros pero vendré siempre que pueda. Eres bienvenido en mi luna.
Un beso,
Natacha
Tomara que tu vieras el yuyu que me da a mi tanto pájaro junto.
Las fotos son preciosas y Yayo se lo pasaría genial.
Besitos.
Seguro que yo conociéndote a ti se que disfrutaste, más que tu amigo Yago, esa tarde dándole de comer a los pajaritos, jejeje… Un saludo…TONY
Son gratas verlas por acá en la playa, realmente no se me habia ocurrido llevarles pan.
Si lo hacemos en unos laguitos que hay por acá y tienen patosy gansos autoctonos "silvestres"
A las nietas les encanta!!!!
Cariños
La verdad es que es curioso las reacciones tan distintas que despiertan las gaviotas en un sitio y otro.
A mí, ver una gaviota me recuerda a cielo gris y una mañana en el campo, cuando barruntando agua van pasando de cuando en cuando. O a una tarde en la Playa de la Cruz del Mar, junto al Castillito, donde tanto les gusta ponerse en grandes bandos e ir de vez en cuando a pegarse una "ajogailla" pa trincar algún pescaillo.
Si se están convirtiendo en carroñeros urbanos es precisamente por la desidia humana, no por la condición suya de animal (buscar comida es algo natural).
Amontonamos la basura como si tal cosa y llenamos la ciudad de desperdicios y olores fétidos. La culpa no es de las gaviotas. A ellas no se les puede reprochar nada. Más bien deberíamos ser más respetuosos con el medio ambiente y eliminar de mejores maneras los residuos. Seguramente, hasta las gaviotas se volverían más buenas...
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