Esta semana he hecho un descubrimiento muy grato y afable y no es otro que no hay mejor ambientador para una casa que unas varas de nardos, que en los meses de septiembre y octubre están en su máximo esplendor, el aroma que desprende dichas flores es tan embriagante y aromático que consigue anular todos los olores desagradables y molestos del cualquier hogar, llegando la noche es cuando su perfume inunda todos lo rincones de la casa dejando su presencia en forma fragancia invisible.
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A mi memoria me vienen olores de mi niñez, recuerdo cuando camino de la escuela por la Avenida de Nuestra Señora de Regla a la altura del “Sindicato” o sea la Cooperativa Vinícola olía a “Arrope” que se utilizaba como colorante para fabricar el preciado vino moscatel negro, o cuando mi abuela encendía la “Copa de cisco” le echaba un poco de alhucema para quitar el olor a humo, o cuando se acercaban las Navidades y en la Calle Larga, la fábrica de mantecados de Manuel Rodríguez Cervantes, “El horno del Sanluqueño” se llenaba del dulce aroma de los polvorones que anunciaban que las fiestas estaban acercándose, o después de la vendimia cuando en la fermentación de los mostos las bodegas desprendían ese olor tan característico, por desgracia hoy ya desaparecido.
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Muchas veces los recuerdos no solo nos vienen por la vista, el oído, el sabor o el tacto, también nos pueden llegar por el sentido del olfato, el olor de la vieja escuela, del servicio militar, de una antigua colonia… ¿Quién no recuerda el aroma tan peculiar que tenían las casas americanas y sus habitantes en los años 60 y 70 en Chipiona? (En ella había una gran colonia de Norteamericanos todos ellos militares de la Base Militar de Rota, que escogieron vivir en nuestra localidad debido a su cercanía son sus puestos de trabajos). Y cuando salíamos de ellas, lo primero que decíamos era “Que olor a Americanos no llevamos” e imagino que los mismo dirían ellos de nosotros “Que olor a Españoles han dejado”. No todas las añoranzas serán buenas, porque también habrá olores que no queramos recordar, pero ese tema lo trataremos en otra ocasión, hoy solo oleremos a nardos...
17 comentarios:
Buenísima sugerencia, gracias. Es una pena no ver nardos por el norte, pero tengo jazmines del sur para suplir mi añoranza.
Tienes razón cada situación tiene su aroma particular y pasado un tiempo nos hace recordar con placer, la mayor parte de las veces. Te he visto de pequeño corriendo con tu abuela encendiendo el brasero. Resulta un relato muy vívido, con buen aroma. Un abrazo.
Amigo...los olores son una de las cosas que te transportan a los recuerdos y a las realidades...
Teneis en el Sur además una planta que en casa tambien la hemos tenido, en la actualidad no, (convivo con una persona de Cordoba)...
que se llama "dama de noche"...deja como dices un aroma explendido, que perfuma extraordinariamente...
Habia un jazmin que subía desde el jardin de la planta baja hasta el tercer piso que tambien en esta época desprendia un olor potente y agradable...
Cuando baja según que vecina o vecino , por el olor que deja a su paso a veces ya sabemos quien es...
y no podemos olvidar la otra cara de la moneda...en mi profesión tengo que aguantar olores que distan mucho de las que hoy estamos citando...
De total acuerdo. Cada septiembre inundo mi casa con su perfume y veo a mi abuela con un nardo prendido en su vestido.
Saludos
Cierto, cuantas veces llegamos a un lugar y un olor característico nos agolpa cantidad de recuerdos, como bien dices, no siempre buenos...
Salud
Huelen de maravilla, Mamé, y llevas razón en lo que cuentas.
Yo, a falta de nardos, pongo jazmines, que también expanden un aroma delicioso y, además, tienen la virtud de espantar a los mosquitos.
Un beso muy fuerte, resalado.
Tu texto me trae recuerdos de mi vida, que difieren solo en nombres de lugares, esas imágenes aun perduran en mi, creo que así viven en ti, bellas imágenes nos dejas disfrutar, gracias.
Saludos
Hay perfumes maravillosos, la mayoría de ellos en el sur, por el calor.
Aquí me voy conformando con la madreselva. También tengo un naranjo y un limonero que me alegran el olfato. Preciosa y perfumada entrada.
Los perfumes naturales son los mejores. Está claro. Y luego esa meditación sobre los olores me parece acertadísima. Evocan enormemente los olores, como los que tu citas. El olor a colegio, a clase, a aula, creo que es uno que compartimos muchos. Un abrazo.
Hermosa entrada Mamé , también tengo recuerdos de aromas , y tus nardos , tan bellos por cierto , también me recuerdan aquélla vieja canción que decia..." Compremé usted nardos caballero , si es que ama a una mujer..."
Nardos, jazmines y azahares son esos aromas de esta tierra nuestra que evocan imagenes que no queremos olvidar. A mi me ocurre eso con el olor que deja en el aire la goma de borrar, y las mondas de un lapicero recien afilado, o el olor a Heno de Pravia.
¡Que recuerdos, señor Mame, que recuerdos...!
En mi infancia el olor era el de la lavanda de los parques... Hace poco pasé por unos jardines con estas plantas, pillé unas cuantas ramas en flor y desde que las tengo en mi habitación duermo mucho mejor, estoy más relajado.
¡¡¡La aromaterapia dicen!!!:)
Un muy buen blog. Te seguiré por aquí. Saludos.
Casi siempre, almenos para mí, los aromas nos transporta a otra dimensión. Un espacio personal llamado recuerdos. Ains si tuviera yo que asociar los recuerdos con los perfumes de aromas. Buff¡¡. Tengo tantos en mi mente. Pero hay uno que jamás podre olvidar: el aroma a rosas frescas que después de marcharse la hermana de un amigo muy especial dejó en mi memoria como si estuviera presente. Por eso te digo que siempre es un referente en el caminar de la vida.
Hay olores que efectivamente nos retrotraen a otros momentos, nos traen recuerdos lejanos. NO sé por qué el olor a pan me hace pensar en mi infancia.
totalmente de acuerdo contigo,mis olores de infancia iban impregnados de uva palomino, botas de roble,al fresco que desprendia desde el interior de una ventana de bodega...en definitiva A VINO.
Me encanta el olor a nardos...me recuerdan a Sevilla. Tambien a la Virgen de los Reyes cuando sale el quince de Agosto y lleva adornando su paso estas bonitas y olorosas flores.
Que razón tienes con que los recuerdos se entremezclan con olores...es algo muy natural que penetra en los sentidos, y se queda dentro para siempre.
Saludos Mamé
Si recuerdo cuando pequeña, camino del cole pasaba por una pastelería y olía a gloria, pastesles recien hechos, o el olor que había en el colegio.
Los olores también nos hacen recordar
Dentro de poco los niños de los colegios tendrán que llevar nardos a la patrona " La Virgen del Rosario"
Un saludito
Ya no me acordaba, mi abuela ponía nardos en su casa y olía por todos los rincones...Cuando no tenía nardos, solía poner unos jazmines en un plato con un poco de agua.En los armarios ponía una maranja con clavos (la especia) clavados, esto último no sé para que servía. ya ves mi abuela hace más de veinte años ya se negaba a usar ambientadores en spray ¡Deberíamos aprender de nuestros abuelos!.
Gracias, me he acordado de ella, ella tambien olía a flores.
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