Diario de a bordo: Mi madre siempre me decía que se aprende más en las
situaciones malas que en las buenas y en esta que estamos viviendo, le doy toda
la razón.
He visto como a mi alrededor a muchas personas que se les ha caído la careta
(Iba a poner la mascarilla, la costumbre), estoy pensando que a lo mejor no es
así realmente, existen dos posibilidades, la primera puede que ellos se hayan
quitado el antifaz y la segunda que a mí se me haya desatado la venda de mis
ojos, y ahora empiezo a ver y comprender que el ciego y equivocado era yo, los
pensamientos filosóficos que da esta pandemia.
Que buenos actores en la vida “real”, no creo que sean ni actores, son
timadores de amistad pero en esta ocasión sin perfiles falsos. Gracias “San
Facebook” por hacerme ver la luz y el buen camino. (Mi luz y mi camino).
Pienso que esto ha ocurrido siempre pero lo que pasa es que ahora tenemos más
tiempo para pensarlo, mejor lo dejamos…
Si las guerras son terroríficas, cuentan que peor son las posguerras ¿Alguien
sabe si existen las pospandemias? Porque me temo lo peor…
Qué tristeza de hoja de diario tampoco aprovechada, pero hoy me está
saliendo así, y tal como me pasa lo cuento, además cuando realizo mis textos
nunca pongo cara a mis “lectores”, si lo hiciera estoy seguro que me censuraría…
Intento ser sincero conmigo mismo y a veces ya me cuesta, imaginaros con
gente que ni siquiera conozco, a veces tengo la sensación que me desnudo en público,
no físicamente sino espiritualmente, creo que en estos momentos lo estoy
haciendo…, así que ya es hora de callarme que siento frío a mi alrededor, mañana será otro día, y para
despedirme como siempre a mi manera, os dejo con buena música, que eso si que no
falla nunca…
1 comentario:
Los pueblos inteligentes aprenden de las posguerras. Nosotros no aprenderemos de las pospandemia, seguro.
Si lo miramos por otro lado las caídas de caretas es algo bueno. Sorprendente en algunos casos.
Un abrazo.
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