sábado, 13 de junio de 2020

NONAGÉSIMO TERCER DÍA DE CUARENTENA


Diario de a bordo: Como cantaba Bob Dylan “Los tiempos están cambiando” pero creo que demasiado rápido, hace unos días las colas se encontraban en ambulatorios y hospitales, pues esas mismas colas están ahora en bares y restaurantes.

Lo que antes se llamaba hacer una reserva para almorzar o cenar, ahora lo nominan “cita previa”, e incluso por teléfono te dan el día y la hora, y además sin opciones, ver para creer.

La gente espera hasta horas por coger una mesa y además la que le toque, el camarero encargado de tan dura responsabilidad, tiene que tener fuerza de voluntad para no caer en el chantaje o coacción del cliente avispado y perspicaz.

Está claro que había ganas de calle o más concreto de bares, creo que es lo que más hemos echado de menos en este encierro, las tertulias y esas charlas interminables y muchas veces banales e insignificantes, es que eso no tiene precio y ahora sí que lo valoramos más.

No hay nada que integre y una más que una barra, amigos y conocidos alrededor de unas copas, era el sueño y quimera de esta cuarentena.

Hoy texto cortito y nos vemos en los bares de urgencias aunque solo tengan servicios mínimos…

“Nunca le hago asco a la última copa ni al próximo bar”. (Joaquín Sabina)


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1 comentario:

Sara O. Durán dijo...

Pronto a todo se adapta la gente.
Un abrazo.