Diario de a
bordo: Llegó el “último día”, 102 jornadas, ahora se dice pronto, pero este
tiempo transcurrido ha sido demasiado especial en todos los sentidos e incluso
duro y crudo.
Qué de
horas para pensar, en algunos momentos fue como estar en la cárcel y las pocas
ocasiones que salía parecía qué estaba cometiendo un delito y que era la
“policía” quien me perseguía, pero desde el primer momento entendí que el único
medicamento a nuestro alcance era la cuarentena con todo lo que eso conllevaba:
aislamiento, mascarillas, guantes y desinfectantes.
Atrás
quedan los aplausos a las ocho de la tarde, ovaciones y ánimos que se
escuchaban por todas partes acompañados de la canción “Resistiré”, parece que
hace ya tiempo pero realmente eso fue “ayer”.
Las
jornadas pasaban asomado a la ventana que era la pantalla de mi ordenador, un
escaparate por donde veía pasar el mundo. Me negué a ver los informativos de la
televisión y aún me niego, la única información que me llegaba era la de mis
queridos amigos, que eran las noticias más fiables que tenía a mi alcance, que
de minutos al teléfono y que de horas conectado a las video llamadas, que
siempre empezaban muy afligidas y apenadas, pero le dábamos la
vuelta y nos despedíamos riéndonos y bromeando, eso sucedía cuatro veces al
día y siempre fieles y puntuales a nuestras citas.
Hoy pensaba
dar las gracias a muchas personas con sus nombres y apellidos, pero he decidido
que no puedo despedir “El Diario de a Bordo” así, tengo a tanta gente que
darle las gracias que lo haré en plural, GRACIAS a todos los que estuvieron
ahí: familia, amigos, lectores, seguidores y a esos que no conozco
personalmente pero que me animaron para que continuara con esta historia loca y
excéntrica pero que tenía su gracia.
Como decía
ayer “Para mí ha sido un verdadero placer servir de entretenimiento y
distracción, como bien he escrito muchas veces este también ha sido mi desahogo
y conexión con el mundo exterior”.
Mi mayor
preocupación durante estos más, de tres meses fue transmitir optimismo,
tranquilidad y sobre todo esperanza, con eso me doy más que por satisfecho.
Como
siempre me he despedido con una canción, había pensado desde hace ya mucho
tiempo que cuando terminara estas memorias, el tema que utilizaría sería este
que pongo hoy, “Todo tiene su fin” del grupo Módulos. Que esto tenga ya su fin
es una muy buena señal, esto nos anuncia que volvemos poco a poco a la
normalidad deseada.
A partir de ahora mi blog “Tomara que tu viera…” volverá a su ritmo normal y habitual,
y por supuesto abierto para todo aquel que quiera visitarlo, nos vemos en las
calles, cuidaros… THE END.
P.D. Nunca
olvidaremos de toda esa gente que nos dejó para siempre en esta batalla
extraña y desconocida…,y para ellos perdida.
3 comentarios:
Gracias por estar ahí para nosotros. Un beso
Espero que no tengas que retomar los diarios. Gracias por tu fidelidad diaria escribiendo.
Ahora, ya puedes publicar a tu ritmo, pero no lo dejes.
Saludos.
Felicidades por tu travesía cumplida. Por llegar a salvo. Te deseo buenaventura en lo que siga en tu vida.
Abrazos.
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