Diario de a bordo: Nonagésimo día de cuarentena o lo
que es lo mismo 90 días, aunque estos últimos ya no sean de encierro. Quiero empezar ya, a ir finalizando este diario..., así que esta historia solo
llegará a su número cien o a su centésimo día.
Con la edición número cien daré por terminada en mi
blog, la etiqueta “La Cuarentena” y esperando que sea para siempre y que no se a vuelva a abrir jamás.
Este verano será muy especial en todos los
sentidos, económicamente para nuestro pueblo es un gran balón de oxigeno
financiero, no quiero pensar un confinamiento en los meses de julio o agosto,
sería la ruina casi total de la población, recemos a todas los deidades, Seres
Supremos o Divinas o Satánicas Majestades, y el que no crea en nada que se
acoja a la providencia o por lo menos al karma…
Pienso que vamos a tener una larga y próspera estación
estival, me lo ha dicho mi horóscopo y eso sí no me falla nunca.
Ahora tendría que propagarse un nuevo virus, que solo se
contagiara si estamos metidos o encerrados en casa, y que los únicos remedios fueran
reunirnos en grandes grupos para defendernos de él, y que los mejores
medicamentos fueran: las caricias, los besos, los abrazos, los mimos y
achuchones, cambiar los ambulatorios por bares y tabernas y los hospitales por
restaurantes y chiringuitos, los médicos y enfermeros por camareros y
cocineros, que La Cruz Roja la substituyamos por La Cruz del Campo, las
ambulancias por bicicletas, y para inmunizarnos y protegernos muchos baños y
paseos por la playa rodeados de amigos y que la vacuna tarden mucho tiempo en
encontrarla.
Es un sueño, pero sería bonito… muy bonito. (A Pau Donés donde quiera que
estés…)
P.D. Si quieres seguir los textos de "La Cuarentena" pincha AQUÍ.
1 comentario:
Por un largo, cálido, abarrotado, callejero, cervecero, verano. Arrejuntado con gente y con muchos besos de la flaca.
Un abrazo.
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