Siempre me gustaron las estaciones de trenes, fueron sinónimos de vacaciones o de viajes de placer, nunca de despedidas o de situaciones desagradables, aquellos primeros viajes a Cádiz desde Chipiona hacia la capital gaditana con mis padres o las primeras visitas a Madrid a principio de los locos años 80, para más tarde aprovechar cualquier excusa que resultara buena para viajar en tren, sentarme en el vagón y disfrutar del paisaje porque es totalmente distinto al que podemos ver a través de una carretera y menos en una autovía, atravesando valles, montañas, laderas, ríos, ciudades y muchas estaciones… cientos de kilómetros de raíles, por puentes, túneles, subidas y bajadas por donde solo accede “El Camino de Hierro”.
Uno de los mayores logros de la sociedad del siglo pasado era unir ciudades y pueblos a través del ferrocarril, que en muchas ocasiones esta era la única y principal vía de comunicación al exterior, tanto en el transporte de viajeros como de mercancías.
Uno de los mayores logros de la sociedad del siglo pasado era unir ciudades y pueblos a través del ferrocarril, que en muchas ocasiones esta era la única y principal vía de comunicación al exterior, tanto en el transporte de viajeros como de mercancías.
Ese encanto para mi no lo tiene ni el autobús ni el avión, tener la libertad de moverte mientras vas viajando es un lujo, y si es uno de largo recorrido la sensación del (vagón bar) es única el hecho de estar en un bar en movimiento es muy especial y singular, viendo como desfilan los más diversos y variados escenarios tras la ventana como si se tratase de una película en tres dimensiones, el espectáculo está garantizado no pudiendo asimilar tanta información visual en tan poco tiempo, es una bonita y gratificante forma de viajar.
Cuantas historias nos han inspirado los trenes y las estaciones, libros, novelas, relatos, películas… todas han tenido estos dos elementos para transcribir escenas de amor, bélicas, de intrigas y espías, de misterios y terror y como no divertidas comedias… un abanico tan amplio como las situaciones que se viven en ellas.
Por todas esas “pequeñas cosas” me encanta el tren y toda la magia que para mi conlleva…
Cuantas historias nos han inspirado los trenes y las estaciones, libros, novelas, relatos, películas… todas han tenido estos dos elementos para transcribir escenas de amor, bélicas, de intrigas y espías, de misterios y terror y como no divertidas comedias… un abanico tan amplio como las situaciones que se viven en ellas.
Por todas esas “pequeñas cosas” me encanta el tren y toda la magia que para mi conlleva…
12 comentarios:
Mamé como te entiendo yo también soy fan del tren ,la de viajes que he hecho de joven en la FEVE por el Norte y también en RENFE .
Ahora vengo en Cercanías cada día a trabajar y no es igual ,pero lo prefiero al autobús y al metro ,el tren tiene su propio encanto.
Un besazo
PD : que de recuerdos me ha traído la canción del tren
Me acabas de recordar a un amigo gallego con el que no hablo desde hace mucho.
Gracias a él escuché por primera vez esta canción.
Los trenes tienen una magia especial. Viajar en ellos es a veces sumergirte en una aventura que pasa por delante de tus ojos a toda velocidad.
Saludos.
Mamè
a mi tambien me encanta el tren, tengo que decir que viajo menos y na, pero si tengo que desplazarme , lo prefiero a otros medios...
petonets, sempre.
Andres Do Barro....andamos nostalgicos!!!!!
Hay hermosos tramos en los que el tren nos lleva por la orilla del Miño. Mi casa de Paradela estáa seiskilómetros de la via del tren de Barra de Miño, que sigue el curso del río hasta Ourense.
Y, claro, Andrés ( que hoy está de santo) Dobarro, cantaba al río Miño y al tren.
Cuando los niños de mi casa eran pequeños, todos los años los llevábamos a hacer un viaje en tren
(nosotros vivíamos en La Cañiza (no hay tren)). Los llevábamos en coche a Ribadavia, allí subían al tren y los recogíamos en Arbo. Trayecto corto, pero suficiente para conocer el medio.
Me has recordado ese vagón del bar del tren perfectamente, lo tenia olvidado, pero me has hecho vivirlo de nuevo.
Salud
Compartimos emoción "locomotora". Tu me invitas a tu tren Gaditano y yo al Feve Asturiano. Brindis con café de cantina por ambos. Un fuerte abrazo.
TIENES TODA LA RAZON Y HACE POCO VOLVI A EXPERIMENTAR ESA SENSACION QUE COMENTAS CUANDO VIAJE A MADRID PARA ENLAZAR EN BUS CON ASTORGA. POR SUPUESTO LO MIO ES EL VAGON-BAR, LAS PELICULAS EN EL MONITOR ME ABURREN.UN SALUDO
Uyyy me encanta el tren. Siempre viajo de mi pueblo a Barna en tren, y si hay fiestas como ahora que se acerca navidad, busco un dia y me llevo los niños conmigo, es genial!
Hay una canción de Leño, el tren, que también me gusta mucho.
Un olé por la amistad, saludos.
El tren es muy romántico, propicia la conversación entre los pasajeros de un mismo compartimento, las buenas relaciones entre compañeros de viaje, y luego esos paisajes que se van viendo por la ventanilla, que se convierte en pantalla donde se proyecta la película del paisaje.
Me encanta las estaciones de trenes, me inspiran romanticismo y cierta magia.
Recuerdo cuando pequeña viajaba con mis padres en tren hacia Galicia y me pasaba toda la noche observando por la ventana todos y cada uno de los pueblos por donde pasaba. Era un verdadero placer.
Gracias por hacerme recordar bellos momentos de mi vida.
Un saludo
Mamé, que buenos recuerdos me trae esta entrada, aparte de viajar en los trenes modernos, ave, el TALGO etc. lo que más se me viene a la mente, esos viajes a Sanlucar, a Rota o a Cádiz, en el ferrobus cuando era… más bien joven, jejeje…un saludo…TONY
Andrés do Barro y el tren. Buena liga, Mamé. También me ha gustado mucho la gallina incubando perros, ¿o los está pariendo?.
Yo hice mi viaje de novios en tren.JEREZ-CÓRDOBA-MADRID-SANTANDER y, a la vuelta, ARANJUEZ y JEREZ otra vez. Me has hecho recordar el chacachá del coche-cama.Saludos.
Publicar un comentario