martes, 19 de octubre de 2010

Y LA FUNCIÓN SE TERMINÓ...



Hace unos días paseaba por la Avenida de Regla, y tristemente pude comprobar como uno de mis templos de devoción y veneración de mi juventud, y sobre todo de mi niñez caía al suelo aplastando muchos de mis recuerdos, mis ojos sorprendidos pudieron apreciar como grandes excavadoras amontonaban sus ruinas de una forma ruidosa en unos de sus extremos, allí como si de una ficticia trinchera se tratara se refugiaban indios y vaqueros, romanos y héroes del espacio, Superman y Bruce Lee, el Ratón Mickey y el Pato Donald, Fu Man Chú y James Bond, Sissi Emperatriz y el Zorro, Charlot y los Hermanos Marx, Fernando Esteso y Andrés Pajares, Gorgo y Godzilla, los Siete Magníficos y los Tres Mosqueteros, Tarzán, Jane y la mona Chita… poco a poco sus figuras y más tarde sus sombras se fueron difuminando hasta desaparecer en la penumbra, pero en esta última vez, en la gran pantalla blanca no salió la palabra fin, ni tampoco sonó ningún aplauso, solo se escuchó el silencio…

Con este humilde comentario quiero despedir al “CINE PRINCIPAL”, que a pesar de los años me viene a la memoria, como si fuera ayer la inauguración del mismo, y si mal no recuerdo sería a finales de los años 70, no se la fecha exacta de la misma, pero si mi cara de sorpresa la primera vez que acudí a el, nunca había tenido la oportunidad de visitar una sala de cine tan espectacular, como la que tuvimos la suerte de tener en Chipiona y envidia de los pueblos de alrededores.

Evocar aquellas sesiones a las cuatro de la tarde los domingos, especiales para niños, hasta que con la mayoría de edad (casi siempre fraudulentamente representadas), teníamos la suerte de ver películas como “Tiburón” “El Exorcista” o “Furtivos” y como no, aquellos primeros filmes clasificados “S” que nos anunciaba que la niñez desaparecía a pasos agigantados.
-
Primero los videos domésticos, más tardes las multisalas y para rematar las nuevas tecnologías hicieron que los grandes cines se hicieran obsoletos y por supuesto poco rentables, convirtiéndose en una crónica de una muerte anunciada.

Atrás quedaron el Cine Avenida, el Álvarez Quintero, el Calatrava, el Gran Cinema y al final cayó el último, el Principal… En sus pantallas se proyectaron besos, peleas, batallas, risas, llantos, suspenses, acción, comedias, dramas… Y sobre todo cientos de escenas que nos hacían soñar despiertos con esa magia que envuelve al cine, suena de nuevo el timbre porque la película va a comenzar…

15 comentarios:

maile dijo...

Nunca sera comparable el pijama, las babuchas y la comodidad del sofa con el sabor especial que tienen las palomitas y la chocolatina en una sala de cine cuando la luz se apaga y se abre la magica gran pantalla.
Cuando vi "pactar con el diablo" tuve que sentarme en primera fila. ¡Dios! Casi pude tocar a Al Pacino. Compenso el dolor de cuello.
Me gusta ir al cine.

mariajesusparadela dijo...

Ya solamente quedan en nustra memoria.

Pasto dijo...

En su lugar campea un aparcamiento ocasional que no se llena de coches ni en agosto. El mejor loquesea de la provincia, la envidia de propios y extraños, está tardando algo más de lo prometido en parecer creíble.
Una retro se llevó los sueños para enterrarlos en la escombrera.
Las promesas de los políticos son, casi siempre, demoledoras.
No hay remedio.

Anónimo dijo...

Mamé...hay tantos cambios en el paisaje que nos rodea, esto quedará com un recuerdo más, que se irá difuminando en la memoria.
Cuano tenia 18 años iba cada año a Menorca a un pueblecito costero que se llamaba Binibeca....he ido hace poc, después de muchos años y no reconocia casi nada...en muchos casos prefiero las imágenes que conservo en mi mente...

emejota dijo...

Por lo visto a esto se le llama vida, desarrollo y muerte, de las salas grandes de cine en este caso, y ¡cómo no! de tantas otras cosas en nuestro recuerdo, incluidos nosotros mismos. Un fuerte abrazo.

impresiones de una tortuga dijo...

El de mi pueblo era tan frío que nos llevávamos los braseros (unas latitas con carbones encendidos) para calentarnos los piés, en aquellas sillas de eneas, teminabas muerta de dolor, después nos llevávamos las bolsas de agua caliente entre los abrigos.
¡Qué recuerdos!
¿Y el de verano? ése es otro cantar. Saludos.

felicitat dijo...

En mi pueblo habían dos... qué tardes aquellas, esperando que el chico que te gustaba se sentara a tu lado para compartir esas palomitas!

Ahora, nos tenemos que desplazar para que los niños puedan ver alguna buena película, y disfrutar de palomitas y chucherias...

Un saludo.

Patricia dijo...

Y asi nos recuerda que nada es permanente y que todo cambia, el tiempo cambia...y las personas con el,
me llevaste a esos tiempos, que bonito,
saludos,

Genín dijo...

Demasiadas cosas de nuestra juventud van quedando atrás o desapareciendo, incluidos nosotros mismos...Snif,snif...
Salud

Eastriver dijo...

Entiendo tu lástima. En BCN existía un cine mítico, el Roxy, en la plaza Lesseps. Marsé escribió un cuento maravilloso, y Serrat lo convirtió en canción. Me la has recordado. Ahí está...

http://www.youtube.com/watch?v=6RY7JB28GRc

Maripaz dijo...

Mamé el cine significó tanto en mi vida...soy una cinéfila empedernida desde entonces.
En mi pueblo habia dos, pero recuerdo especialmente el cine Valdehaya que era espectacular. Aquella sala tenia un mágia que me hacia soñar. ¡Cuantas buenas peliculas vi por aquella época!
Una pena que mueran los cines, donde aprendimos a amar el séptimo arte

Evaristo dijo...

Los goonies, el dia que la pusieron, inolvidable
Indiana Jones, Superman, y mi amigo Paco trabajando de acomodador
Que buenos recuerdos

Princesa115 dijo...

Todo va cambiando según las nuevas tecnologías.
Es una pena porque tenían su magia, su arte.
También tengo buenos recuerdos de ellos.

Saludos

Unknown dijo...

Pasas por la avda. De Regla y ves un aparcamiento de coches, en verano completo y en invierno desolador y es cuando recuerdas ese cine, que buenos recuerdos.

Pablo gallardo Muñoz dijo...

Yo recuerdo de niño la cola para sacar las entradas en la taquilla del cine de verano (el gran cinema), impaciente por ver a Fantomas o a Drácula, y que para hacer más llevadera la espera ponían música...siempre en el repertorio había una canción desesperantemente pesada, cuyo estribillo decía "larga es la espera pa quién espera, pero más larga es la espera sin saber lo que se espera"...