lunes, 4 de mayo de 2020

QUINCUAGÉSIMO TERCER DÍA DE CUARENTENA...



Diario de a bordo: Hoy he llegado a la conclusión de que no pesan, ni los años, ni los kilos, lo que pesan son los miles de gramos que albergan y rodean mis huesos…, está claro que en el confinamiento me ha cambiado el metabolismo, eso le puede pasar a cualquiera, seguro que algunos de los que está leyendo esto le ha ocurrido ¿A qué si…? Y no son imaginaciones mías….

También ha podido ayudar la falta de ejercicios y la alimentación, de deporte ni hablamos…, y la comida sana pero en cantidades industriales “como no se guisar para uno solo, pasa lo que pasa…”, he engullido paellas para 5 personas en solitario, espuertas de espaguetis sumergidos en salsa casera de tomate y carne picada, montañas de patatas fritas coronadas de huevos fritos, tortillas tamaño rueda de tractor rociero, y de postres mejor no hablamos, con las torrijas que me he comido se podía haber construido media muralla china, bizcocho, galletas, cortadillos de cabello de ángel, masas reales y los pasteles más pringosos y grasientos del universo… y algunas ocasiones todo mezclado.

La fruta brilla por su ausencia, la única que he comprado ha sido limones para ponerle una rodaja al gin tónic nocturno diario…

Más de diez kilómetros de caminante “forzoso” hasta ahora no es ninguna condena, espero que siga así...

Menos mal que seguiré con mis paseos diarios, y algo perderé…, espero que no sea la paciencia, de todas formas me estoy probando la túnica que tengo de cuando me iba a vestir de Demis Roussos unos carnavales…, lo mismo si le pongo un cinturón por debajo de la barriga…, y a pasar todo el verano arreglado pero informal.

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2 comentarios:

Naranjito dijo...

Tranquilito con los saltos que tampoco es cuestión de venirse arriba.

Susana dijo...

Tienes que cuidarte. Un saludo