domingo, 3 de mayo de 2020

QUINCUAGÉSIMO SEGUNDO DÍA DE CUARENTENA...


Diario de a bordo: Por fin el anhelado sueño se cumplió, después de 50 largos días sin ver el mar por fin hoy lo he visto, y he disfrutado más que Grey el de las 50 Sombras. (Y eso que no he leído ni el libro ni he visto la película).

Qué alegría de ver la playa, la arena… y un montón de gente, además he tenido la sensación de ser famoso, ni Alejandro Sanz, que de "holas y adioses" todo el mundo saludándome y moviéndome la mano incluso gente que ni conocía, solo me ha faltado firmar autógrafos y decir “fotos no por favor”.

Y lo mejor el desfile de modelitos, una con una pasada de jugar al tenis del siglo XIX y una camiseta de la Expo de Sevilla del 92, otra con unas mallas de su hija pequeña o de su pasado muy lejano, de mí, mejor no hablar, menos mal que la camiseta XXL que llevo no tiene botones, si no sería un arma muy peligrosa, diez gramos más y estalla…

Pero a pesar de todo que lujo de paseo, mañana repito seguro, aunque tenga un esguince, una torcedura de ligamento, un desgarro muscular y de tendones, una lesión de rodilla, hinchazón en las canillas y dislocaciones hasta en el carnet de identidad y agujetas de color de rosa.

Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto de una puesta de sol, a partir de ahora las vamos a apreciar más, he visto a la gente optimista y alegre, qué mejor medicamento, si las normas se cumplen todo irá bien, está claro que depende de nosotros, espero que la luz al final del túnel no sea un espejismo.

Espero estar mañana a la altura de las circunstancias, no me matará la pandemia, lo harán mis salidas deportivas…, me voy a estirar las piernas a ver si las encuentro. Yo no estoy gordo, gordo..




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2 comentarios:

Susana dijo...

Qué suerte poder ir a la playa. Un beso

Eva Valdés dijo...

Estas muy bien