domingo, 17 de mayo de 2020

SEXAGÉSIMO SEXTO DÍA DE CUARENTENA



Diario de a bordo: Hoy el comienzo de la jornada ha sido de limpieza de salón, a lo último que le quité el polvo fue al televisor, después de más de dos meses le he dado con la bayeta a la pantalla, como la pongo tan poco yo creía que la tenía en Cine Clásico, como siempre estaba en blanco y negro, y de eso nada, lo que no dejaba pasar el color era la mierda y el polverío que tenía…

Por la tarde salí a pasear y sofocón al canto, tres niñatos tiraron una lata de refresco al suelo a dos metros de mi, les dije que recogieran lo que habían tirado, y como era de esperar ni se inmutaron… volvieron la cara con desprecio y ni disimularon y siguieron hacia adelante, es esos momentos en los que me arrepiento de no saber karate o una de esas artes marciales y hacer un nudo con los tres… con lo bien que me hubiera sentado que el espíritu de Bruce Lee por unos minutos hubiera poseído mi cuerpo… en la próxima reencarnación, aprendo inglés, a tocar la guitarra y Kung-Fu, lo prometo.

Durante el recorrido de hoy también me sorprendió gratamente encontrarme a dos de mis seguidoras, digo mis seguidoras porque desde que empecé con el diario todos los días le ponen me gusta y hacen comentarios, no pongo sus nombres, pero gracias por animarme a seguir.

También me ha entristecido mucho la muerte del gran maestro y político Julio Anguita, qué de comentarios de condolencia para tan buena persona, ojalá nunca se olvide su conducta, estilo y talante. “La vida de los muertos perdura en la memoria de los vivos”. Cicerón.

Poco más he hecho durante estas últimas 24 horas, eso sí mucha música… y programas en color.
 

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1 comentario:

Susana dijo...

Incívicos hay en todas partes. Un beso